LO GROTESCO EN EL ARTE
“El arte no es un concurso de belleza”
George Didi-Huberman

¡Amigos! Alcancé a ver la exposición: “Híbridos, el cuerpo como imaginario”, en el Palacio de Bellas Artes y a pesar de que la publicación de este texto resulte tardía, me servirá como marco para explicar que en arte no todo tiene que ser bello.
El arte la mayoría de las veces se relaciona con lo que llamamos estética o con las sensaciones de nuestro cuerpo, de ahí se derivan las categorías estéticas, entre las cuales encontramos lo feo y lo grotesco. Algunas personas consideran que lo bello se relaciona obligatoriamente con el arte. En este texto trataré de demostrar que no siempre es así.
Elegí la exposición “Híbridos, el cuerpo como imaginario” para explicar esto, porque la mayoría de los híbridos pertenecen a la categoría estética de los feo o incuso de lo grotesco. El término híbrido proviene del “…latín ibrida que significa mestizo y después se transformó en hybrida por su relación con el griego hibris, que significa exceso o ultraje.” A partir de estos monstruos feos, grotescos, deformes, incompresibles podemos explorar nuestras sensaciones corporales, estados de ánimo, e incluso nuestra relación con lo divino y lo que está más allá del cuerpo.
La mayoría de piezas presentadas en la exposición son feas porque son ambiguas, construyéndose a partir de fragmentos representados al mismo tiempo. Son un proceso que no sabemos cuándo termine. Creo entonces que el enigma es más poderoso en nuestra psique que la belleza. Lo feo y o grotesco siempre dejan un espacio para la pregunta y la curiosidad, nos inquietan, nos mueven…
Lo bello provoca admiración y a veces sublima; lo bello es uniforme, completo, simétrico. Por el contrario lo feo es asimétrico, disparejo, incompleto, impuro; también puede ser subversivo porque muchas veces desborda los límites y transgrede.
Sin embargo, no se trata de qué es mejor, sino de entender que el arte manifiesta todas las expresiones humanas y que resulta absurdo pedirle a los artistas que solo generen obras bellas. Querido lector, lo feo, es lo Otro que se quiere integrar, asechando así nuestra capacidad de tolerancia.
