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Espacios museísticos: La primera obra de arte

¿Qué sería del arte sin los espacios que lo albergan? Tal vez es una pregunta poco frecuente cuando vamos a un museo pero, la arquitectura del mismo, es igual de importante que las obras que disfrutamos, ya que es un elemento crucial a la hora de realizar un discurso curatorial.

En esta ocasión analizaremos, de forma general, la historia de los edificios museísticos más importantes del mundo:


Museo de Louvre:



El museo de Louvre está cargado de historia desde su acervo que se remonta al octavo milenio A.C. pero también la encontramos desde sus muros ya que en su origen, esta construcción se destinó para proteger la capital del reino de Francia de los invasores del norte. En 1190, bajo el mandato de Felipe Agusto, se construyó la fortaleza en el lugar llamado Lupara (se cree que de ahí deriva el nombre). Esta edificación fue sede de la tesorería real e incluso se convirtió en una cárcel.

He aquí la historia: con el propósito de integrar la construcción a la ciudad, en 1356, Carlos V mandó a construir a Étienne Marcel un nuevo recinto que abarcara los barrios de la orilla derecha sin embargo, este proyecto no se terminó gracias a la Guerra de los Cien Años; por lo que fue hasta 1528 que Francisco I derrumbó toda la edificación y construyó uno nuevo al estilo renacentista decorado por Jean Goujon, para que por fin se le nombrara como palacio real.

Posteriormente Enrique II ordenó la rehabilitación de la sala de las Cariátides para ser el centro de las festividades. Después de enviudar, Catalina de Médici, quiso levantar el palacio de las Tullerías pero este proyecto no se concluyó hasta que, entre 1595 y 1609, Enrique IV unió ambos palacios, las Tullerías y Louvre, por medio de una galería de casi 1.5 km.

Las ampliaciones y decoraciones del palacio de Louvre no se quedaron ahí, ya que durante el reinado de Luis XIII se cuadriplicó la superficie de la Cour Carrée con la edificación de pabellón L’Horloge y durante la gobernanza de Luis XIV, se embelleció la decoración de los apartamentos de la reina madre Ana de Austria y se amplió y modernizó el palacio de las Tullerías. Con el traslado de la residencia real a Versalles estas obras quedaron sin concluir.

Antes de la Revolución Francesa, Luis XVI ya contemplaba el palacio de Louvre como un museo para exhibir las colecciones reales de pintura en la Gran Galería, sin embargo fue hasta el 10 de agosto de 1793 que el museo de Louvre abrió sus puertas.

Después de su apertura, las guerras francesas también afectaron el edificio del museo; luego de que cayera preso Napoleón III y durante la Semana Sangrienta donde la monarquía napoleónica fuera derrotada, el Palacio de las Tullerías se incendió pero el Louvre no sufrió ningún daño. Durante las dos Guerras Mundiales, se instaló alumbrado eléctrico y se habilitaron espacios nuevos como el patio de la Esfinge y la escalera Daru, además se restituyó un foso al pie de la Colonnade.

Casi para finalizar el siglo XX, el 30 de marzo de 1989, se inauguraron el hall de Napoleón y la tan emblemática como controversial Pirámide del arquitecto chino-estadounidense Ieoh Ming Pei.


Museo de Orsay: