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Edificios emblemáticos: Museos mexicanos

En el blog pasado te platicamos sobre cómo el edificio que alberga las grandes piezas artísticas es la primera gran obra de arte de un museo pero, ¿Qué pasa en nuestro país? ¿Los museos mexicanos siguen esta misma lógica? Sigue leyendo para descubrirlo.


Museo Nacional de Antropología



Las 22 salas y los casi 45 mil metros cuadrados de construcción que comprenden las instalaciones del actual Museo Nacional de Antropología se inauguraron el 17 de septiembre de 1964. Sin embargo la historia de este museo se remonta a 1822 cuando Lucas Alamán le pidió al emperador Agustín de Iturbide que se creara un Conservatorio de Antigüedades a la par de un Gabinete de Historia Natural en las instalaciones de la Real y Pontificia Universidad de México. En 1825, esto se hizo realidad con las colecciones de historia natural, de antigüedades y de documentos, lo que dio paso al primer Museo Nacional Mexicano que fue parte de las instituciones culturales que necesitaba la nueva nación para asegurar social e ideológicamente su creación.


Debido al creciente interés por el pasado precolombino, la colección fue creciendo por lo que, en 1940 se empezó a proyectar la necesidad de un espacio ex profeso para la presentación de piezas monumentales recién descubiertas como la Piedra del Sol, la Coatlicue y la Piedra de Tizoc.


La construcción del espacio que albergará las colecciones antes mencionadas y que estuviera en armonía con el ambiente natural que proporciona el Parque de Chapultepec, se comenzó en febrero de 1963 en una superficie de 70,000 m2.


El diseño de este edificio se consideraron varios elementos, el primero fue que sería un museo con una gran afluencia de público, el segundo es que tendría que representar el respeto a las tradiciones, valores y cultura de los pueblos originarios; el tercero: aplicar soluciones y materiales contemporáneos en armonía con los ejes anteriormente mencionados y el cuarto: integrar la obra pictórica y escultórica de artistas mexicanos. En todo lo anterior la prioridad eran las necesidad de visitante y de las piezas a exponer.


La obra arquitectónica estuvo a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien bajo la asesoría de un Consejo Ejecutivo, levantó la edificación y se encargó del traslado de piezas prehispánicas tanto desde distintas partes del país así como del acervo que se encontraba en el antiguo museo ubicado en la calle de Moneda.


Los visitantes son bienvenidos al recinto por un relieve escultórico en la fachada principal sobre mármol blanco con las insignias del escudo nacional: el águila y la serpiente, realizado por el artista guanajuatense José Chávez Morado.


En el centro del vestíbulo se encuentra la pirámide de Cuicuilco, la cual estaba destinada a exhibir la pieza del mes, sin embargo, actualmente se utiliza para exposiciones temporales del acervo del museo o de acervos foráneos.