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Ambra Polidori: conflicto, violencia y arte

Estimado lector:


El 2 de octubre es el día internacional contra la violencia; curiosamente también es el recordatorio de uno de los eventos más violentos que ha sufrido la sociedad mexicana. A pesar de los grandes esfuerzos que constantemente se hacen para que no se vuelvan a repetir estos hechos, vivimos en un estado de violencia constante, por lo que el arte se vuelve una salida para enunciar, criticar y reflexionar en torno a estas problemáticas.


Ambra Polidori, de ascendencia italiana, nació en Ciudad de México en el año de 1954, estudió la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánica en la UNAM. Su trabajo artístico se enfoca en ser una voz que denuncia el sufrimiento humano consecuencia de los múltiples conflictos violentos que se han dado en México durante los últimos años. Aunado a eso, es escritora de la sección de arte del periódico Unomásuno y en la revista española “Lápiz”, esto lo combina con su actividad como investigadora en el Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.


Uno de los mayores intereses que tiene la artista es visibilizar lo invisible a través del arte, utilizando todos los materiales y elementos a su disposición para completar sus instalaciones, fotografías o videos con el propósito de activar la pieza por medio de la interacción y participación del espectador con la misma.




Con exposiciones como Desacuerdos (La Habana, 2010), ¡La infancia no es un juego de niños! (Ciudad de México, 2008), Érase una vez… (Madrid, 2007) y Punto y aparte (Hidalgo, FINI, 2015) y series fotográficas como Recuerdo de Ciudad Juárez, Polidori muestra imágenes vanguardistas, revolucionarias, contemporáneas, punzantes. Éstas se parecen al fotoperiodismo sin olvidarse de su carácter artístico, y las acompañadas siempre con un poderoso texto, el cual en algunas ocasiones es el nombre mismo de la obra; con la intención de despertar y sensibilizar consciencias para estremecerlas, evidenciando los sistemas sociopolíticos abusivos con los distintos extractos vulnerables de la sociedad y buscando la reflexión de las clases sociales que, desde su privilegio, prefieren no ver estas problemáticas.


Todo su trabajo se finca en reconciliar las problemáticas sociales con lo estético, lo político y lo ético, no desde la redención de los mismos a través del arte si no desde la representación civil, evidenciando nuestros derechos pero también nuestras obligaciones y sobre todo desde el recordatorio constante de la inevitable muerte.


Desde mi experiencia al revisar el trabajo de Ambra Polidori, sus obras tocan la piel y no sólo estremecen la consciencia, si no también el alma, más de una de esas piezas parecen tener cierta inocencia infantil; sin embargo al conocer el contexto la imagen golpea, el texto llega a los oídos y se inserta en el corazón. La obra logra totalmente su cometido, te obliga a ver lo que más de una vez hemos evitado, no desde la violencia, si no desde la representación directa de los hechos.